El ser humano en esencia es una máquina orgánica cuyas funciones dependen de las condiciones emocionales, mentales y volitivas del ser que la viste. La enfermedad es la manifestación de un impedimento en el flujo energético de sus conexiones. Dicho flujo está íntimamente relacionado con la impresión que los cinco sentidos captan del mundo que rodea a la persona. Si las impresiones afectan de manera dañina, entonces los procesos actúan en detrimento de la salud del individuo o por el contrario aceleran su sanidad.
Es este un intento por dramatizar la influencia del espacio habitado en el bienestar de las personas, enfocado hacia el Trastorno del Espectro Autista.
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