Los barrios pobres de Buenaventura están azotados desde hace mucho por la violencia. Paramilitares, narcotraficantes, guerrilla han sido y son responsables del clima de terror que subyuga a la población en esas áreas de pobreza extrema. Principal puerto colombiano en el Pacífico, urbe dinámica y en crecimiento, en sus playas esa pobreza se aloja en palafitos, ahora amenazados para favorecer a las empresas portuarias, una de ellas catalana, cuyo desarrollo implica la destrucción sistemática de hogares y la expulsión final de sus moradores.
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