El sector cosmético tiene un gran peso en Europa en general y en España en particular, fomentando la creación de numerosos puestos de trabajo y contribuyendo fuertemente a nuestra riqueza. En este contexto, el nuevo Reglamento 1223/2009 de productos cosméticos, cuya entrada en vigor se produjo en 2013, resulta de gran interés por diversas razones. Efectivamente, las instituciones han tenido que asumir una defensa de la innovación que permita mayor competitividad y por tanto mayores intercambios entre Estados miembros y con terceros Estados. Sin embargo, el nuevo marco legislativo también ha tenido que asegurar una decuada protección de los consumidoresdado el impacto que los productos cosméticos pueden tener en nuestra salud.
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