En muchos países se han iniciado programas para desarrollar la competencia emprendedora, sin tener en cuenta la perspectiva de género. Esta cuestión, tal y como lo demuestran las investigaciones, es reciente y, se arrojan en la mayoría de ocasiones resultados contradictorios. De todas formas, se ha constatado que el potencial emprendedor de las mujeres es menor que el de los hombres, quizás por temor al fracaso, porque son más pesimistas en la percepción de oportunidades, y porque pervive cierta presión moral-social a tener un papel primordial en el mantenimiento de los valores de la familia. Nos ocupamos de la competencia emprendedora en el ámbito económico, el de la empresa.
Si nos adentramos en la nueva pedagogía por competencias que se ha instaurado en el sistema educativo español, creemos necesario potenciar dos de ellas, la competencia emprendedora y la ciudadana, complementarias a nuestro modo de ver.
Finalmente, y para orientar programas que fomenten la competencia emprendedora teniendo en cuenta la perspectiva de género, proponemos una serie de elementos pedagógicos a tener en cuenta.
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