México
En el título aparece la palabra “industrias” en el sentido de estructuras montadas para sacar algún rédito económico. Y sexo se desprende de una realidad, asentada en la biología, que dice que habría dos sexos: femenino y masculino. El título debería, en verdad, ser “Las industrias del sexo femenino”, ya que todas toman a las mujeres como objetos que producen dinero.Claro que si apareciera así enunciado, se pondría en evidencia quién es el sujeto opresor de las mujeres y, como veremos más adelante, la estrategia de borrar al actor es una de las que prevalece en el texto.El artículo comienza describiendo cuáles son, según el locutor, las industriasque, de un modo u otro, se dedican al sexo. La más conocida, afirma, es la prostitución, y la siguen el machismo, el feminismo, la sexofobia y la sexomanía. Vemos que parte de un presupuesto compartido con el alocutario, es el de identificar la industria sexual con la prostitución. Pero el locutor agrega información nueva al incluir dentro de las industrias sexuales al machismo, el feminismo, el psicoanálisis y el catolicismo. Interviene aquí, explícitamente, su juicio de valor.
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