Durante el proceso constituyente gaditano la tradición constitucional medieval se erigió en un extraordinario recurso para legitimar el inmovilismo absolutista o, por el contrario, para validar la tarea legislativa de signo liberal, ya que la cultura constitucional de 1812 fue, además de católica, profundamente historicista. En buena medida porque en las continuas apelaciones de los diputados catalanes más destacados —de hecho, Capmany, Aner, Espiga, Dou y Creus fueron los únicos que se manifestaron al respecto de una manera significativa— a la historia de la Corona de Aragón, a la antigua constitución de la monarquía española y a las leyes fundamentales castellanas cabían tanto las propuestas serviles como las reformistas.
During the constituent from Cadiz process the constitutional medieval tradition was raised in an extraordinary resource to legitimize the absolutist immobility or, on the contrary, to validate the legislative task of liberal sign, since the constitutional culture of 1812 was, besides catholic, deeply historicist. Largely because the continuous appeals of the leading Catalan deputies —indeed, Capmany, Aner, Espiga, Dou and Creus were the only ones to respect a meaningful way demonstrated— to the history of the Crown of Aragon, to the former constitution of the Spanish monarchy and to the fundamental Castilian laws there were fitting both the servile offers and the reformists.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados