Cuando Felipe IV murió, en septiembre de 1665, don Juan José de Austria tenía 36 años, mientras que el heredero al trono, el príncipe Calos, tan solo cuatro. En su testamento el rey nombraba tutora de Carlos II a Mariana de Austria, asistida por una junta de gobierno. Se iniciaba un período de inestabilidad política, marcado por la regencia de la inexperta reina madre y las incógnitas sobre el futuro del enfermizo y joven monarca Carlos II. Cuatro personajes protagonistas vienen a configurar el esquema de una regencia truculenta: la reina, la junta de ministros, Nithard y don Juan José de Austria.
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