Se examina cómo los analistas pueden ayudar a responder a los retos emergentes que enfrentan las instituciones policiales y de persecución en la región: la necesidad de proactividad y mayor eficacia. El Método que se sigue es la descripción de la función y las tareas "tradicionales" del analista criminal, y la revisión de las tendencias y requisitos asociados al diseño y ejecución de políticas criminales eficaces. La búsqueda de determinantes de mejores resultados y la incursión en evaluaciones de las acciones policiales y de persecución penal representan desafíos "nuevos", que deberían abordar los analistas, con un uso intensivo del Método científico, en especial en la observación, testeo y comprobación de qué realmente funciona o no. Se advierte, entonces, una transición que interpela el papel del analista y del análisis: desde la "gestión de información" a la "gestión de conocimiento" en las organizaciones.
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