Una patria mejor todos los díasVolver, sin habernos ido nunca. Volver a nuestra casa, a la casa que nos hizo, en la que nos hicimos, en la tierra materna y entre la estirpe nutricia. Volver a celebrar en esta casa, y con ella, un año más de su vida y la plenitud de su presencia, suscita tal acumulación de emociones, que hace difícil despojar nuestra palabra de toda nota sentimental. A mí me resulta inevitable. En un momento como este, en que por fuerza de la celebración aniversaria, nos dedicamos a recordar, es decir, a hacer pasar de nuevo por el corazón lo que ya una vez pasó por él, confundir en una sola evocación la trayectoria de nuestra Universidad y la trayectoria de mi vida. No voy a rememorar ni la una ni la otra. Ambas son suficientemente conocidas de todos. Espero, simplemente, que se me permita utilizar algunas instancias de esa memoria común, como justificación parcial de lo que voy a decir. (…)
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