2014 es un año emblemático para Brasil, entre otras cosas por la celebración del Mundial de Fútbol y las elecciones a la Presidencia de la República, al Parlamento y a Gobernadores de numerosos estados. Es sin duda momento para hacer balance. En los últimos quince años Brasil ha hecho enormes progresos: más de 36 millones de personas han salido de la pobreza y se han podido incorporar a las clases medias, y se han creado más de 21 millones de puestos de trabajo. Se trata de un logro sin precedentes en la región, especialmente porque al mismo tiempo se han mantenido en lo esencial los equilibrios macroeconómicos y saneadas las cuentas públicas. El país dispone además de unos recursos naturales inmensos, que son una base extraordinaria para su desarrollo.
Sin embargo, el modelo de desarrollo económico que ha prevalecido en los últimos años da signos de agotamiento, fundamentalmente por la existencia de factores negativos (insuficientes infraestructuras, complejo sistema fiscal, escasez de mano de obra cualificada), el llamado «coste Brasil», que impide al país alcanzar todo su potencial de desarrollo. Parece necesario llevar a cabo un amplio programa de reformas, con una mayor apertura de la economía al exterior (incluyendo la importación de mano de obra cualificada) y un incremento de la productividad para hacer al país más competitivo internacionalmente.
En los últimos 20 años las relaciones entre España y Brasil han dado un salto espectacular, impulsadas principalmente por las enormes inversiones efectuadas en el país por las empresas españolas, que han contribuido de forma importante en la modernización del país. Hoy día Brasil es ya el primer país de destino de las inversiones españolas en el exterior y nuestro primer socio comercial en Iberoamérica. No cabe duda de que el sector privado ha abierto el camino y continuará haciéndolo durante muchas décadas.
Pero las relaciones entre ambos países no se limitan solo al terreno económico. Brasil y España comparten historia y cultura y además un gran número de ciudadanos brasileños tienen origen español a los que ahora se unen los nuevos «expatriados» españoles que están llegando a este país. Existe además una tupida red de relaciones que abarca muchos ámbitos de actividad, desde la educación y la cultura a la defensa y los medios de comunicación. El Mundial de fútbol es también una oportunidad para atraer la atención de las respectivas opiniones públicas.
Este trabajo trata de dar una visión de conjunto de las relaciones en las diferentes áreas de actividad en las que participa la Misión Diplomática de España en Brasil y algunas ideas sobre las posibles prioridades de actuación en cada una de ellas, una especie de «Plan Brasil». Finaliza con unas conclusiones sobre algunos de las «asignaturas» todavía pendientes en ese amplio campo de relación entre los dos países.
En todo caso, como apunta el Informe del Real Instituto Elcano «Hacia una Renovación Estratégica de la Política Exterior Española», es evidente que la creciente importancia de Brasil en el escenario global y regional y la menor atención que España le ha dedicado por razones históricas, exigen un esfuerzo suplementario en esta relación bilateral.
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