En 1986, el Grupo Santander se fijó el objetivo de ser el primer banco comercial del mundo.
Uno de los pilares fue su expansión a otros mercados, muy especialmente Iberoamérica, en donde Brasil se convirtió en prioridad. Presente en el país desde la década de 1980, el Santander alcanzó protagonismo por medio de adquisiciones y crecimiento orgánico, convirtiéndose en el tercer mayor banco privado del mercado local. Brasil sigue siendo prioritario para el Grupo. En 2013, el Banco tenía unos activos totales de 485.900 millones de reales brasileños, cerca de 29 millones de clientes y más de 3.000 agencias y puestos de atención bancaria en el país. Aunque la economía local pase hoy por un momento de bajo crecimiento, Brasil presenta grandes oportunidades a medio y largo plazo, puesto que reúne los elementos más importantes para construir un nuevo ciclo de desarrollo económico y social.
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