Al termino de la guerra de la Independencia es fácil adivinar el estado en que se encontraba el palacio y el jardín del Buen Retiro. A pesar de la precaria situación económica, se mando acometer la repoblación del arbolado de toda la superficie; se continuo con la iniciativa de dejar pasar al público, que comenzó con el reinado de Carlos III y continuó en el breve periodo de José I, y se reservo Fernando VII para sí una importante parcela, con el nombre de «Jardín Reservado».
En el libro «El Jardín del Retiro, paso a paso» le dedicamos una monografía a este sector aun reconocible aunque muy trasformado.
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