El estudio del arte de la Relojería implica dos importantes vías a seguir: la técnica, más difícil para el historiador por las complicaciones mecánicas incorporadas a las máquinas; y la histórico-artística, encaminada a distinguir tipologías, estilos e intervención de varios artífices en la ejecución de una caja. La conservación preventiva incluye labores destinadas a prolongar y a mantener el mayor tiempo posible los materiales originales de los que está constituido el objeto. La finalidad de esta conservación contrasta a veces con algunas intervenciones destinadas a mantener el reloj en funcionamiento. La meta es que la máquina del reloj funcione pero sin grandes intervenciones en su maquinaria.
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