El género, producto del entorno social y factor decisivo en la comunicación, habla de nuestras identidades y proyecta nuestras imágenes codificadas como masculinas o femeninas. Las técnicas cotidianas de comportamiento corporal y los códigos vestimentarios regulan los roles de género, pero sirven asimismo para jugar con ellos y subvertirlos. Este artículo reflexiona sobre cómo la androginia, arquetipo de la reunión de lo masculino y lo femenino, es escenificada en el teatro kabuki, el teatro renacentista ingles y el teatro del siglo de Oro español, de manera que podemos hablar de esos actores y actrices que representan al otro sexo como un “tercer sexo”. Y así, transgreden simbólicamente la creencia de que el comportamiento está biológicamente y sexualmente programado. Al fin, en el cuerpo, -ficción social-, se abren múltiples posibilidades de reconfiguración del imaginario cultural genérico.
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