El empeoramiento significativo y creciente en las dos últimas décadas del "comportamiento social" en la Sociedad, en particular, en los ámbitos financiero-económicos y políticos plantea serias preguntas a los propios procesos educativos, en especial, en el ámbito financiero y económico. En los últimos años se plantea bajo el concepto "capital social", el análisis económico ex-post de cómo incide el contexto económico, por ejemplo, la crisis económica en la pérdida de Capital Social. No es este el tema tratado en esta aportación, sino que se entra en un planteamiento ex-ante sobre cómo deben configurarse los procesos de los "servicios educativos" de forma que se pueda establecer un "comportamiento social" que asegure el funcionamiento económico-financiero para que los procesos de "coordinación económico-social" puedan funcionar eficientemente tanto económica como éticamente. Con lo que se asegura la clave del funcionamiento de la economía, la "confianza", de forma que se reduzcan "los costes de coordinación". Confianza, factor clave del desarrollo equilibrado de una Sociedad en el que la dimensión económico-social y educativa de un País se orientan como "fin" de la misma al desarrollo integral de la persona. Es lo que juega junto al Ordenamiento económico-societario y al Ordenamiento Educativo la configuración de los procesos de trabajo y la "inclusión" de la persona en los mismos con el fin de alcanzar el desarrollo de la persona como "Objetivo final". Solo por la vía del desarrollo de competencias técnico-económicas, por un lado, y de competencia social, por el otro, se logrará un desarrollo de la persona que coopere con los demás contribuyendo a su desarrollo (bien común) y a un uso eficiente de los recursos escasos (productividad). Desarrollo de la persona que se tiene que realizar en el marco de un "equilibrio social" que garantice su desarrollo a largo plazo en el que la dimensión económico-societaria vuelva a la senda del largoplacismo.
Over the last two decades, the significant worsening of social behaviour in Society – and especially in the financial-economic and political ambits - has raised serious doubts with regard to educational processes, above all in the financial-economic ambit. In recent years, ex-post economic analysis under the concept of social capital and how this latter affects the economic context –the economic crisis in the loss of Social Capital, for example, has been posited. This contribution does not, however, deal with that subject; rather it deals with an ex-ante approach regarding the manner in which educational services processes should be configured in order to establish a type of social behaviour that ensures an economic-financial functioning in order to enable economico-social coordination processes to work efficiently in both economic and ethical terms. This, in turn, would be the key to confidence – to how the economy works – so that coordination costs are lowered. Confidence is the key factor in the balanced progress of a Society in which a Country’s economico-social and educational dimensions are oriented as their objective with regard to the integrated development of the in dividual. At stake are the Economico-Societal Order ing and Educational Ordering, the configuration of work processes and the inclusion of the individual. The aim is to achieve the development of the in dividual as the final objective. Only through the development of technico-economic competences, on the one hand, and through social competence on the other, can we achieve individual development where the individual will cooperate with others, contribu ting to their development (the common good) and to the efficient use of scarce resources (productivity ). This individual development has to be undertaken within a social equilibrium that guarantees long-term development in which the economico-societal dimension once again finds itself on the path of long-termism.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados