Especialistas en "limpiar" las filas populares de dirigentes poco proclives a obedecer sin chistar las órdenes del "politburó" de la madrileña calle de Génova y maestro en operaciones de derribo en el mundo de la televisión privada, con jueces, fiscales y telefonías incluidos, Francisco Álvarez Cascos es el ariete, el fajador y el látigo de José María Aznar. Un papel que provoca rechazo en sectores del PP que desean transmitir a la sociedad una imagen centrista de su partido. Una nueva operación de acoso y derribo está en marcha. ¿Su objetivo? Nada menos que Javier Arenas.
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