Es otra forma perfectamente válida para dar satisfacción a las ansias liberalizadoras del hombre postindustrial. En una sociedad masificada, difícilmente el turismo podía evitar, al igual que otros fenómenos derivados de la actividad humana, como la cultura, que se le endosara el calificativo de "de masas" a modo de apéndice vergonzante del que es difícil desprenderse. España, en la década de los cincuenta, al irrumpir como destino preferencial, provoca que tour-operadores y agencias de viaje concentren sus esfuerzos en planificar todo tipo de servicios en esas zonas tan privilegiadamente soleadas. El turista de tour-operador se contrapone al turista individual. El turista individual gasta más pero pernocta menos días. Los gastos se los reparten prácticamente al cincuenta por ciento. Lo cierto es que el turismo sigue siendo una importantísima fuente de ingresos capaz de evitar mayores desequilibrios en nuestra balanza de pagos.
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