En los meses de julio y agosto, los españoles se lanzan a las carreteras. Han llegado las ansiadas vacaciones, esperadas durante 11 meses. La red viaria nacional se convierte en un ir y venir; en un cruce de caminos donde cada familia se vuelca en conseguir su objetivo playero. Cuando llega "el día D" y "la hora H", el cabeza de familia tiene a su gente en perfecto estado de revista. Todos han de contribuir a la compleja operación de cargar el coche hasta los topes. Les esperan de 15 a 30 días de ocio, descanso y paz en una playa atestada de gente, donde hasta respirar cuesta dinero.
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