La libertad de Prensa en Suecia goza de una amplia tradición.
Esto supone un gran paso para la autorregulación. Pero también los suecos se quejan: unas 400 protestas al año. Los denunciantes requieren a las publicaciones por ser nombrados, fotografiados, criticados por una actuación profesional o invadida su intimidad sin su permiso, y el Defensor de la Prensa interviene. Lo que la mayoría de ellos busca es una compensación moral.
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