l. CONCEPTO GENERAL Por ética se ha entendido la ciencia de la conducta o de las costumbres. Se deriva dicho vocablo del griego "ethos", que significa costumbre. El término latino para designar la costumbre es "more". Por eso en español tanto la ética como la moral significan lo mismo. La palabra ética es una de las pocas cuya escritura y fonética son casi iguales en todos los idiomas. En latín es "ethica", en inglés "ethics", en francés "éthique", en alemán "ethik" y en italiano "etica". Desde la más remota antigüedad, cuando aún no se había iniciado la sistematización de los conocimientos, el concepto de lo ético se identificó con la idea de lo bueno, lo justo, lo equitativo, lo honesto, lo correcto. Pero también, desde entonces, se perfilaron dos concepciones distintas en cuanto a la ética: la de quienes consideran, de acuerdo con los principios preconizados por el cristianismo, que por medio de la ética el hombre tiende a realizar un ideal superior y a buscar una aproximación a Dios conforme a su naturaleza, y la de quienes sostienen que la ética no es la ciencia del fin último del hombre sino de los móviles o de los impulsos que determinan la conducta humana. Por este medio se llega a identificar la idea del bien con el placer, que es uno de los móviles más habituales y persistentes de la conducta, según se analizará más adelante. (…)
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