Resumen de Enfermedades y plagas de los pinos: daños abióticos por agentes meteorológicos
José Antonio Sáiz de Omeñaca González
Como el resto de los seres vivos, los pinos viven en equilibrio con su medio y con cada componente de este, tanto si es otro organismo como si no. Las variaciones en la influencia, presencia o relación de cualquiera de tales componentes con el árbol suponen que este se halle en una situación óptima, que sufra cierto grado de estrés o que se deteriore, se colapse y muera, con la posibilidad de cualquier grado intermedio entre estas situaciones.
Así, los factores ambientales puede ser agentes causantes, desencadenantes o coadyuvantes de enfermedades y plagas: las variaciones en factores ambientales pueden causar a las plantas verdes estrés físico (luz, humedad o temperaturas inadecuadas, cambios osmóticos, etc., químico (concentraciones inadecuadas de nutrientes, presencia de tóxicos, salinidad, etc.) y biológico (infecciones por microorganismos, parasitismo, acción de los herbívoros, competencia intra e interespecífica, etc.
Las agentes abióticos pueden dañar directamente a los pinos, como cuando el viento causa desgajes de ramas o descuajes de pies completos, o indirectamente, al predisponer los daños provocados por organismos vivos, como son plagas y agentes infecciosos. En el hemisferio norte, por lo general, los daños de origen abiótico predominan en zonas meridionales y los de origen abiótico, incluidos los debidos a contrastes climáticos, tienen mayor importancia en las septentrionales.
Por otra parte, es cada vez más frecuente la consideración de daños de origen humano los causados por agentes abióticos difusos, como son desde las deposiciones ácidas hasta las temperaturas que se tienen por anormalmente elevadas. Aunque pueda tomarse como una exageración, es evidente que los seres humanos condicionan consciente e inconscientemente el entorno del arbolado y no solo del ornamentalsino incluso en ambientes forestales, al menos si se acepta que el actual cambio climático es total o parcialmente antropógeno. Visto así, pierde sentido el distinguir entre daños abióticos de origen natural y de origen humano, pues independientemente de la las causas, el desarrollo y los resultados resultan similares. Las enfermedades que más perjudican a los pinos empleados con fines ornamentales, sin embargo, raramente son las mismas que más daños causan a las mismas especies en su hábitat natural.
