El escultor alemán es el creador de una nueva mitología en la que los personajes recuerdan a aquellas historias que nos contaban de niños como si fueran cuentos. Cada una de sus figuras podría colocarse en un pequeño altar en la cocina, como aquellos lares romanos que velaban por el bienestar del hogar. O, quizá, dada la monstruosidad de algunas de las esculturas, pudieran servir de espantabrujas en las chimeneas de las casas abandonadas de pueblos recónditos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados