La nueva redacción del art. 80.1 CP permite ejecutar una pena de prisión aunque concurran los requisitos previstos en el art. 80.2 CP y sea razonable esperar que aquélla no es necesaria para evitar la comisión futura por el penado de nuevos delitos. En este trabajo se analiza la justificación que la prevención general intimidatoria pueda ofrecer para acordar la ejecución de la pena. Con esta finalidad, se examina el discurso teórico sobre el efecto disuasorio de la pena y los estudios empíricos sobre su comprobación. Atendiendo a sus conclusiones, al hecho de que la suspensión de la ejecución de la pena comporta una disminución de su severidad, a sus características, y a las circunstancias en las que se plantea esta posibilidad, concluimos que la suspensión de la ejecución de la pena comporta una disminución de su eficacia preventiva general intimidatoria.
The new article 80.1 of the Spanish Criminal Code allows to carry out a prison sentence, even if the requirements foreseen in article 80.2 are fulfilled and even if it seems reasonable to expect that the enforcement of the sentence is not necessary to avoid further criminal acts by the offender. In this paper it will be analyzed which justification general deterrence may offer to sustain the enforcement of a sentence. For this the discourse about the deterrent effect of punishment and the empirical studies for its verification will be examined. Having in mind their conclusions, that the suspension of the enforcement of a sentence brings with it a lessening of its severity. Their characteristics and the circumstances in which this possibility may be considered, we will conclude that the suspension of the enforcement of a sentence leads to a lessening in the general deterrent effect of punishment.
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