España ha apostado claramente por el proceso de liberalización del sistema eléctrico cuyo objetivo se centra en alcanzar un grado de competitividad y eficiencia por parte de las compañías eléctricas, el precio final será el resultado de equilibrio entre la oferta y la demanda.
El camino hacia un mercado abierto no es fácil. La transición de un mercado regulado por compañías públicas a un mercado libre presenta una serie de dificultades:
- la incertidumbre del nuevo esquema de mercado ha evitado que las compañías eléctricas inviertan en activos nuevos que no pudieron evitar las interrupciones del pasado invierno.
- las compañías eléctricas han estado funcionando durante décadas en un ambiente completamente regulado, y algunas de ellas han llegado a controlar una parte muy importante de la economía doméstica.
- la construcción de un mercado eléctrico europeo también hace frente a problemas políticos y técnicos: algunos Estados miembros son reticentes a abrirse completamente. Esto es especialmente crucial para España, con una capacidad de conexión relativamente baja con Europa a través de los Pirineos.
El proceso de la liberalización necesitará probablemente más tiempo que el previsto inicialmente, y las compañías eléctricas y los consumidores necesitarán de la intervención de las autoridades para evitar interrupciones y garantizar que el impacto económico de la liberalización sea favorable para todos los agentes en el sistema.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados