En 1884, la defensa de la Tesis doctoral de Ramón J. Cárcano sobre los hijos adulterinos, incestuosos y sacrílegos suponía elreconocimiento implícito de un fracaso: el de regular a partir de la instancia estatal o religiosa la conducta sexual de la población. Un siglo antes, la reiteración de disposiciones normativas represivas de las "uniones libres" (amancebamientos, en el lenguaje de la época) resultaba de la creciente escisión entre lo público y lo privado y ponía en entredicho los criterios de verdad sustentados desde la autoridadeclesiástica.
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