La Unión Europea ha intentado buscar un equilibrio entre las distintas formas de enfocar las políticas de integración de los refugiados que tiene cada uno de los Estados miembros, estableciendo unos mínimos comunes que se puedan compartir. Esto es así porque los Estados miembros son los últimos responsables de las políticas de inmigración y asilo. El papel que han jugado las ciudades está claramente vinculado a la definición particular de cada uno de los Estados. Hay que tener en cuenta que construir políticas de integración implica reflexionar sobre la identidad colectiva y sus expresiones, considerando que la tradición y la historia migratoria de cada país tiene mayor peso que la búsqueda de un concepto común a escala europea.
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