José Antonio Cascudo Rodríguez
El artículo trata de desvelar alguna de las claves de la serie televisiva Mad Men contrastándola con la obra de Betty Friedan La mística de la feminidad. Ambas inciden en el papel que desempeña la mujer a comienzos de la década de los sesenta del pasado siglo, en el contexto de la cultura de masas, con la sociedad de consumo y la publicidad como rasgos definitorios.
Betty Draper, uno de los personajes principales de Mad Men, representa el paradigma de la mística de la feminidad, ya que muestra todos los síntomas propios de las mujeres de clase media de su época, que se consagran a las labores domésticas a pesar de haber logrado sus derechos políticos y civiles ya antes de la Segunda Guerra Mundial. Analizando las pautas de conducta de Betty Draper se comprenden los mecanismos sociales y culturales que motivan esa involución, frenando el acceso de la mujer a la esfera profesional. Así mismo se abordará el estigm a que supone el concepto de mujer de carrera, introducido a través de otros personajes como Peggy Olson o Joan Holloway, para mostrar los diferentes niveles de dependencia femenina de los convencionalismos sociales según sean las circunstancias particulares de cada mujer.
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