Antes de comenzar con estos estudios, antes de que sean introducidos por su autor, es indispensable advertir que el autor no apela a nada más que a la razón. Esto es indispensable en un tiempo en el que la razón tiene más enemigos que nunca, que son peligrosos, un tiempo en los que ella tiene más falsos amigos que nunca y que son aún más peligrosos que los enemigos. Debemos llamar enemigos de la razón a los dementes que ejercen su demencia contra la razón. Y debemos llamar falsos amigos de la razón a los dementes que quieren que la razón proceda por las vías de la sinrazón.
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