Arthur Furguson fue un excelente actor. Que sus mediocres interpretaciones como secundario en una pequeña compañía teatral no le avalen el currículum, no significa que fuera mediocre, pues sus éxitos más sonados se dieron actuando en la vida real, interpretando el papel de vendedor. Fue capaz de vender la estatua de la Libertad, el Big Ben, el Palacio de Buckingham, la columna de Nelson en Trafalgar Square y alquilar la Casa Blanca por 99 años.
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