El pasado mes de junio se cumplieron cuatro décadas de un episodio que marcó para siempre la relación entre los medios masivos y el poder político: el llamado “escándalo Watergate”, episodio que culminó en la primera renuncia de un presidente de los Estados Unidos, Richard Milhous Nixon, y la encarcelación de 43 funcionarios de alto nivel. Watergate revivió la vieja discusión sobre la paradoja de la importancia que atribuimos a los medios en la democratización de las sociedades y en la importancia relativa que estas dan a aquellos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados