El texto versa sobre la Ley de 14 de junio de 2013 en la que se regula la cuenta personal de formación. Este mecanismo tiene como finalidad que cada trabajador destine un período de tiempo a su formación, a lo largo de toda su vida profesional, para que pueda incrementar su nivel de conocimientos y competencias. Lo que se persigue con esta cuenta personal es que el propio trabajador pueda gestionar de manera autónoma el tiempo que dedica a formarse. El tiempo acumulado se conserva aún en el caso de que el trabajador cambie de empresa o se convierta en demandante de empleo. Entre sus notas más características destacan que la cuenta personal de formación es universal, individual e íntegramente transferible. La reciente ley de 5 de marzo de 2014 realiza una serie de precisiones relativas al derecho introducido por la ley de 2013.
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