Tendemos a considerar la “realidad” como obje va, cierta y fácilmente demostrable. Sin embargo, para los seres vivos, no es más que una interpretación cerebral de una serie de es mulos externos recogidos por órganos sensoriales que, desde la educación elemental, dividimos en vista,oído, olfato, gusto y tacto. En base a dicha información y a esquemas percep vos, unos aprendidos y otros gené camente determinados, construimos dicha realidad. Para que este proceso sea posible se necesita de un funcionamiento adecuado de dos funciones cerebrales superiores: la consciencia y la memoria.
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