La deficiente minería de cinabrio dejó a San Joaquín altas concentraciones de mercurio en terreros de mina (2.4 – 4164 mg kg-1). Numerosas minas contribuyeron a la dispersión de mercurio en suelos agrícolas (0.5 – 314 mg kg-1) y suelos forestales (0.2 – 69.0 mg kg-1). Los sedimentos son un medio de transporte natural del mercurio, que ocasionan su dispersión, especialmente en áreas cercanas a las bocaminas (0.6 – 687 mg kg-1). La cercanía de los cultivos de maíz a las minas favorece la acumulación de mercurio en sus distintas estructuras como la raíz, el tallo, la hoja y el grano (0.04 – 8.2 mg kg-1), que se relacionan con la acumulación y volatilización de mercurio en suelos. El vapor de mercurio presente en la población puede indicar una volatilización constante de los terreros y suelos (22 – 153 ng m-3). Los niveles de mercurio encontrados en suelos, en los granos de maíz y en el aire resultaron superiores a los estándares reportados por la Norma Oficial Mexicana y la Organización Mundial de la Salud. El mercurio en el agua de lluvia se debe principalmente a las partículas atmosféricas suspendidas y depositadas más tarde en la superficie (1.5 – 339 µg l-1). En el agua potable se encontró disolución de mercurio (10 – 170 ng l -1), siendo las concentraciones menores a las establecidas por la NOM Y OMS. La contaminación existente en la región de San Joaquín no llega a los niveles de los máximos productores de Hg en el mundo: Almadén (España) e Idrija (Eslovenia);
sin embargo, se asemeja a la hallada en otros importantes distritos de segundo nivel mundial como Guizhou (China). La población de San Joaquín y su ambiente presentan una exposición constante a la contaminación del mercurio, por lo que es necesario un monitoreo a largo plazo para determinar sus alcances, en especial para el hombre
Deficient management of cinnabar mining left the San Joaquín region with high concentrations of mercury in its soils (2.4 – 4164 mg kg-1).
Numerous cinnabar mines have contributed to the dispersion of mercury into agricultural (0.5 – 314 mg kg-1) and forest (0.2 – 69 mg kg-1) soils.
Sediments are a natural means of transportation for mercury, causing its spreading, especially in areas near mine entrances (0.6 – 687 mg kg-1).
The nearness of maize crops to mines favors mercury accumulation in the different plant structures, such as roots, stems, leaves, and grain (0.04 – 8.2 mg kg-1); these being related to mercury volatilization and accumulation in soils. Mercury vapor present in the settlements could indicate a constant volatilization from lands and soils (22 – 153 ng m-3). The mercury levels found in the soils, in maize grain, and in the air resulted greater than the standards reported by the Official Mexican Norm (NOM) and the World Health Organization (WHO). Mercury in rainwater is due mainly to the presence of suspended atmospheric particles, later deposited on the surface (1.5 – 339 µg l-1). Mercury dissolution was found in the drinking water (10 – 170 ng l -1), with concentrations below those established by the NOM and the WHO. The contamination existing in the San Joaquín region does not reach the levels of the world’s greatest mercury producers: Almaden (Spain) and Idrija (Slovenia).
It is, however, like that found in other important second degree world producers such as Guizhou (China). The population of San Joaquín, as well as its surrounding environment, are constantly exposed to mercury contamination, thus making a long term monitoring necessary to determine its effects, especially to people.
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