Objetivo: Evaluar los efectos de la monitorización continua de indicadores en dos procesos clínicos diferentes en urgencias (manejo de la agudización asmática y atención del cólico nefrítico) y en el uso de fármacos opiáceos mayores; y determinar el efecto de la comunicación de sus resultados a sus profesionales y de las intervenciones formativas encaminadas a la mejora de sus indicadores.
Método: En el año 2005 se inició una política de medición sistemática de distintos aspectos de la atención médica en diferentes patologías prevalentes en urgencias de acuerdo a protocolos consensuados y se definieron indicadores para su cuantificación.
Cuando se observaban desviaciones destacables de los estándares, se pusieron en marcha sesiones informativas, revisión de casos y acciones formativas continuadas basadas en sesiones clínicas. Se analizan los resultados del periodo 2006-2012. Se cuantificaron mensualmente de forma retrospectiva los siguientes indicadores: A) agudización asmática:
registro de la frecuencia respiratoria, realización del peak-flow, radiografía de tórax y gasometría arterial, e indicación de ingreso; B) cólico nefrítico: medición del grado de dolor mediante una escala de categoría numérica (ECN), realización de radiología de abdomen y de ecografía, interconsulta al servicio de urología, ingreso en observación de urgencias o en hospitalización y reatenciones en urgencias en menos de 72 horas;
y C) empleo de opiáceos mayores en los procesos habituales.
Resultados: Se evaluaron 1.767 agudizaciones asmáticas 6.114 cólicos nefríticos y la administración de 22.751 ampollas de opiáceos. Se incluyó el 100% de los registros.
En 2006, la mayoría de indicadores se encontraban por debajo de los estándares recomendados.
Las acciones formativas evidenciaron mejoras discretas (en algunos casos estadísticamente significativas): A) agudización asmática: aumentó la medición de frecuencia respiratoria (p = 0,13) y disminuyeron las radiografías (p < 0,05), gasometrías arteriales (p = 0,66) e ingresos en planta (p = 0,66): B) cólico nefrítico: incrementaron la medición del dolor (p = 0,59), los ingresos en observación (p < 0,001), y disminuyeron radiografías (p < 0,01) y ecografías (p = 0,07), interconsultas con urología (p<0,05), ingresos hospitalarios (p = 0,01) y reatenciones a las 72 horas (p < 0,55); y C) incrementó el uso de opiáceos mayores para el control del dolor (p = 0,001). Al final del periodo, sólo en 4 de 13 indicadores se había alcanzado el estándar propuesto.
Conclusión: La monitorización continua de procesos clínicos asociada a una estrategia predefinida de mejora continua basada en la definición de criterios de calidad en los procesos clínicos, la medición sistemática mediante indicadores y la comunicación de los resultados a los profesionales tienen efectos positivos, aunque éstos son discretos y se hacen más evidentes en el medio y largo plazo.
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