Si por una parte el envejecimiento demográfico va a ralentizar el crecimiento potencial español, también la contracción de la población activa va a tener un impacto negativo sobre este crecimiento. En este contexto, la progresiva reducción del desempleo y el aumento en las tasas de actividad, tendrán como consecuencia una mejora de la productividad.
En el artículo se evidencia empíricamente, a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), que los hogares de más de 64 años son los que más ahorran, por lo que las familias españolas no confirman la tesis clásica del ciclo vital a pesar de sus menores ingresos. El modelo de crecimiento en un futuro, en relación al pasado, se basará probablemente en un menor consumo y en una mayor exportación. Lo que será consecuencia de un aumento de la inversión y una mejora de la productividad del nuevo escenario, en una sociedad envejecida y por lo tanto más ahorradora.
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