Entre la baraja de ilustres colaboradores que nutren las páginas de este número, no podía faltar —por ley de devoción y justicia— el nombre del máximo cronista madrileño, Mesonero Romanos.
Aunque en la sección «Madrid de Ayer" irán apareciendo trabajos de escritores contemporáneos, tampoco quiere esto decir que traigamos aquí a Mesonero Romanos como una pura evocación del pasado.
Por el contrario — y don ello le rendimos nuestro mejor homenaje—, su prosa es siempre de hoy, porque vive para el arte y nace de él.
Y porque, como en este artículo sucede, aparece impregnada de una palpitante y casi increíble actualidad.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados