Los abogados del crecimiento económico prácticamente siempre presentan como argumento matador la elección entre dos opciones: o combatimos la pobreza -mediante el crecimiento económico obviamente-, o protegemos la naturaleza. Hathaway y Boff (2009:22) responden lo siguiente “... esta idea de que o se puede luchar contra la pobreza o proteger los ecosistemas (pero no ambos) se revela como una mentira perpetuada por aquellos que quieren seguir explotando tanto a la Tierra y a los más pobres y más vulnerables de la humanidad. Las mismas patologías que empobrecen a la gente también empobrecen a la Tierra”.
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