La pérdida ósea peri-implantar es el factor más importante para definir el éxito de un implante, tanto en su fase inicial como en su estabilidad a largo plazo.
Tras una revisión bibliográfica se constata que su etiopatogenia sigue insuficientemete explicada.
La pérdida ósea temprana es la que se produce hasta el primer semestre de post-carga y correspondería al establecimiento del equilibrio inicial con los tejidos en que se integra el implante.
Concluimos que, para minimizar la pérdida ósea temprana:
1) Son preferibles diseños rugosos a superficies lisas a nivel crestal.
2) El hombro del implante debe quedar aproximadamente 1,5 mm. coronal a la cresta (técnica semi-sumergida).
3) Falta un protocolo estandarizado que permita medir esta pérdida ósea temprana para los distintos sistemas y correlacionarla con los factores que la influencian.
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