Al regreso de una fugaz visita aérea a la Ciudad del Aguila Negra, que se extiende sobre la Sabana de Bogotá, en donde el Maestro por antonomasia vivió y fulgió, soñó y amó, cantó y enseñó; ya en el umbral de la casa del Bosque Norte, en Santiago de Cali, la voz de la esposa amadísima balbuce, entrecortada: el Maestro Maya murió hoy, en Bogotá...
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