Entre toda esa turba aventurera y codiciosa de conquistadores,encomenderos y soldados que vinieron a lo que hoy esAmérica en busca de fortuna, sorprende encontrar, de pronto,al letrado y al idealista que, en medio de los tremendos avataresen los que la muerte y el dolor acechaban a cada paso, dedicabasus ratos a la meditación profunda, al trabajo erudito, a la inspiración poética y que, en medio de su bagaje, llevaba con amor, como quien lleva un hijo, los apuntes y cuadernos escritos en medio de la desesperación, el peligro y el hambre padecidos enesas jornadas sorprendentes.
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