El ejército se prepara para restablecer el orden en el país. Para limpiar al oficial rebelde conocido como el boxeador y liberar al país de los niños soldados que deambulan sin saber dónde ir. Los extranjeros se van antes de que las cosas se pongan feas. Pero María Vial no está dispuesta a abandonar la plantación de café antes de la recolecta porque hayan sonado unos cuantos disparos. Al igual que su suegro y su ex marido y padre de su hijo, está convencida de que chérif, el alcalde de un pueblo vecino, la protegerá a ella y a su familia. Tiene guardia personal, una milicia privada formada por hombres entrenados, bien armados y muy duros.
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