Cuando el mundo del cine se atreve a adentrarse en los hechos reales corre el peligro de dulcificar o dramatizar una historia verídica a su antojo. Jim Sheridan, que se dio a conocer con esta película, logra conmover al espectador con el relato de Christy Brown sin faltar a la verdad y con un estilo cinematográfico único e inconfundible. Una obra maestra emotiva, dolorosa y gratificante que, afortunadamente, no deja indiferente.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados