Antonio Cortina, Santiago Fernández de Lis
El artículo repasa la experiencia de los bancos españoles en América Latina, donde se han expandido mediante un modelo descentralizado, de filiales jurídicamente independientes, orientado al negocio minorista y con financiación local. Este modelo ha reportado claros beneficios tanto a los destinatarios de estos servicios como a los bancos españoles, dotándoles de mayor fortaleza y rentabilidad, al tiempo que ha contribuido a la estabilidad financiera de España y de América Latina. Estos aspectos positivos se han puesto particularmente de manifiesto durante la crisis financiera. No obstante, algunas iniciativas regulatorias adoptadas a raíz de la crisis son especialmente onerosas para el modelo de banca comercial bajo la fórmula de filiales, un efecto no deseado por los reguladores que requeriría ciertas correcciones.
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