Jaén, España
La dieta mediterránea se corresponde con el conjunto de hábitos de alimentación típicos de las zonas geográficas situadas en la cuenca mediterránea, y que se basa en dos alimentos fundamentalmente: el trigo y sus derivados, y el aceite de oliva como principal grasa añadida. A éstos se suman alimentos de otros grupos como frutas, verduras, pescados, carnes, etc. Los beneficios de la citada dieta ya fueron citados por Platón, pero fue en la década de los 70, tras los trabajos de Keys y col., cuando atendiendo a la frecuencia de consumo de cada grupo de alimentos se construyó una pirámide alimentaria. Hasta finales de los años 50 no existen valores cuantitativos sobre la dieta mediterránea. A partir de entonces diversos estudios a nivel nacional o autonómico muestran importantes modificaciones en la ingesta de nutrientes, como consecuencia de cambios en los hábitos de alimentación, que han desembocado en una no deseada situación nutricional de la población (Aranceta y cols., 1994, Jiménez y cols., 1996, Mataix y cols., 2000). De dichos estudios se deduce que la dieta española en los años 60 se ajustaba al patrón mediterráneo, pero que en la actualidad se acerca más al esquema occidental debido principalmente al desarrollo socio-económico de los países mediterráneos y a su integración en la Unión Europea.
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