Compartir y responsabilizarse de los más pequeños, de los otros y de lo que se hace en grupo, es uno de los aprendizajes importantes que se inician en colectividad y que continuarán a lo largo de toda la escolaridad y también a lo largo de toda la vida. En este texto, la experiencia de La Bressola (escuelas asociativas en lengua catalana de la Cataluña del Norte, en el Estado francés) nos ofrece una serie de situaciones cotidianas donde mayores y pequeños conviven y construyen proyectos comunes en el día a día desde la verticalidad. Así, una estructura que originariamente estuvo motivada por razones lingüísticas resulta positiva también para el resto de aprendizajes cotidianos, conceptuales, actitudinales...
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