Julio Adrián Muñoz Núñez, Ramiro Jaimes Martínez
Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, en Baja California se trató de trasformar a una iglesia católica misional en una diocesana, pero sin éxito. Sin embargo, a partir de la década de 1940 el nuevo vicario y la orden de los Misioneros del Espíritu Santo reorganizaron la estructura eclesial y aprovecharon las trasformaciones sociales, económicas y políticas ocurridas en Baja California. En este trabajo se analizan algunos aspectos del proceso de consolidación institucional de la Iglesia católica en la península, que desembocó en el establecimiento de la diócesis de Tijuana. Para explicarlo se consideran tres factores generales: la organización religiosa y el papel de las asociaciones laicas; el crecimiento demográfico de la zona norte y las relaciones entre el vicariato y las autoridades locales y también las internas.
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