La tesis que desarrollamos en el presente artículo, basándonos en la filosofía de Hannah Arendt, es que la política no sólo es antinatural, sino que tratar de buscar un fundamento natural para ella �como lo hacen las ideologías racistas, pero también la de los Derechos Humanos� resulta tremendamente peligroso para la propia política. Para comprobar esto, en primera instancia, contrastaremos los conceptos de «naturaleza humana» y «condición humana»; luego mostraremos la antinaturalidad de la política y, en tercer lugar, expondremos por qué inmiscuir la naturaleza en los fundamentos de la política resulta peligroso.
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