Amor y cultura unidos en un mismo día, desde que un 23 de abril, hace mucho tiempo, cerca de la Vila de Montblanc, un caballero a lomos de su corcel y blandiendo su espada rescató a una bella princesa de ser devorada por un dragón, clavándole la espada en el corazón. La sangre cayó al suelo, del que nació una única rosa roja. El caballero, Sant Jordi, cogió la rosa y se la regaló a la princesa, y ésta le correspondió escribiéndole un poema... De esta leyenda surge la tradición de regalar una rosa roja y una espiga de trigo a la mujer amada, que simbolizan la fidelidad, la pasión y la fecundidad; y un libro al hombre amado, agradeciéndole tan loable gesto.
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