Un "desconocido", Luis Ramírez, quiere convertir Madrid en la capital de los espectáculos. Ha restaurado el Teatro Lara, el Lope de Vega y va a construir dos más: uno enorme, en la zona de Méndez Alvaro, y otro en la estación de Príncipe Pío. Este ingeniero de Caminos, de 33 años, ha contribuido decisivamente al "boom" de los escenarios madrileños en un momento en el que atraviesan una etapa de esplendor.
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