¿Qué es lo mejor que le puede pasar a una autoproducción hecha con muy pocos medios?¿O a cualquier película pequeña ya acabada? Que llegue un gran productor que cree en tu proyecto y te de la oportunidad de solucionar los errores cometidos sustituyéndolos por nuevo material, y te ponga un guionista y un montador a tu servicio para mejorar la película. Pues esto mismo es lo que llevó a Alfredo Montero y Marcos Ortiz a tener que entrar de nuevo en La Cueva y volver a rodar parte de su segundo largometraje, concebido en términos de autoproducción, y que dos años y una inyección de Morena Films después se estrenará en cines de toda España el próximo once de julio.
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